El peligro de la no convivencia en los niños:
¿Qué estamos observando en los últimos años?
En Proyectos ADAI, gracias a los periodos vacacionales que los niños pasan con nosotros en nuestras escuelas y campamentos, podemos ver cómo van evolucionando los niños. Durante ya casi tres décadas, hemos podido observar unos cambios importantes en la madurativa de estos niños y niñas.
Y es que, especialmente después de los últimos años y agravado por la pandemia, estamos observando una necesidad en los niños y niñas de crear espacios en los que deban convivir con sus iguales, creando espacios amistosos en los que de una forma natural se creen discrepancias y aprendan a trabajar en equipo, a defender sus opiniones con respeto, pero también a ceder ante posibles discrepancias.
Compartir espacios, enseres, materiales y responsabilidades, son experiencias que cada vez más se les niega a los niños y niñas y que son tan importantes para enfrentarse en un futuro a los nuevos desafíos que tendrán de adultos.
¿Cuáles son los peligros de crear niños burbuja?
Sin duda son grandes, ya que por muchos conocimientos almacenados que posean, sin una buena capacidad de trabajo en equipo, no van a poder prosperar en su desarrollo social, laboral y emocional.
Si no les damos a los niños y niñas esa capacidad de entrene de esas habilidades, sin duda se encontrarán aislados como niños burbujas, en los cuales, cualquier discrepancia, crítica o diferencia de criterio les alejará de esa convivencia o socialización
¿Cómo trabajarlo en casa y en las aulas? Empecemos por nosotros mismos
Muchas veces el ejemplo que les estamos dando como padres o educadores es un primer factor que les va a condicionar estas habilidades. Y es que, a veces, nos mostramos como los únicos poseedores de la verdad o de la razón, por miedo a perder nuestra autoridad. Manejamos opiniones autoritarias y nuestros hijos y alumnos acatarán lo que les digamos, pero tendrán unas ganas tremendas de ser “mayores” como nosotros para “tener la razón absoluta”. No les habremos enseñado a escuchar, porque nosotros mismos no lo hacemos.
¿Qué pasaría si nos mostráramos más dubitativos respecto a muchas cosas, pidiendo más opiniones incluso a nuestros niños y niñas? Seguramente algunas cosas no se harían exactamente como queremos; pero sin duda, les estaríamos dando un gran ejemplo en tolerancia ante la discrepancia, algo que ellos verán y también aplicarán en su día a día.
En cuanto a cómo poder trabajarlo, más que dinámicas propias, es muy recomendable trabajar el espíritu de equipo en cualquier actividad que hagamos; con debate, alternativas, dudas, aportaciones, críticas, valoraciones y diversas opciones con pros y contras de cada alternativa.
También es de vital importancia hacer sentir a cada niño/a que forman parte de un grupo, de una clase, de una familia, etc. Y que cada decisión y acto, también repercute en el resto. Así pues, cuando tengamos que corregir un acto, es mucho más efectivo hablarlo con todo el grupo y ver cómo ha influido en el resto del grupo ese acto y que sea el propio grupo quien aporte cuales han sido las consecuencias y las posibles soluciones; que intervenir de manera unilateral desde nuestra autoridad.
La clave está en que siempre que un niño o niña se sienta integrado y valorado en un un grupo, intentará que su comportamiento no influya negativamente en el resto, a la vez que le da más autoestima, al sentirse más integrado y querido.
¿Qué nos aporta trabajar en equipo?
Al vernos inmersos en un grupo heterogéneo en gustos, habilidades, capacidades, etc… es cuando realmente podemos practicar la tolerancia, el respeto y la aceptación hacia lo que nos diferencia de los demás. Incluso podemos ver en la diferencia de cada miembro del equipo una virtud, ya que en cada equipo podemos tener diferentes talentos y capacidades y ayudar a detectarlas, para que todos se sientan importantes y sobre todo necesarios.
De esta manera podremos trabajar más refuerzos positivos ante las diferencias convertidas en virtudes, que refuerzos negativos ante las carencias.
¿Cómo lo aplicamos en el Parque ADAI de Náquera, Valencia? Ideas que os pueden ser útiles:
Cualquier actividad que hacemos, siempre la hacemos en grupo. El grupo es una seña de identidad que hace entender al niño/a que cualquier cosa que hagamos, necesitamos de todo el equipo para conseguirlo y que cualquier cosa que haga el equipo, nos necesita a cada uno de nosotros. Por lo tanto, con ello, ayudaremos a integrarse a todos y a que cada uno se sienta importante.
Si en mi equipo necesitamos a todos y cada uno de nosotros para conseguir algo, se forzarán los acuerdos de entendimiento y se creará un clima de colaboración y tolerancia, que será un entrenamiento indispensable para su futuro.
Esta convivencia con otros niños y niñas fuera del entorno escolar y familiar, es uno de los objetivos que más nos piden las familias que trabajemos con sus hijos/as cuando nos los dejan en nuestras colonias de verano y pascua y uno de los que más constatamos que van consiguiendo año tras año.